jueves, 12 de agosto de 2010

Aprender a vivir en otro país



Una de las cosas más complicadas de vivir y trabajar en otro país no es conocer los métodos, normas, tempos y procesos del país de destino, para mí lo complicado es "saber comportarse" en una casa que no es la tuya. La cuestión parece simple pero no lo es porque no sólo hace falta una buena dosis de respeto y educación, tiene que haber comprensión, inteligencia y flexibilidad.
Buen ejemplo de lo que digo, es la conversación a la que asistí involuntariamente en un avión de regreso a España, en el que mi compañero de viaje, en proceso de divorcio de su segunda esposa de nacionalidad extranjera, móvil en mano, y a voz en grito, le pedía a su segunda mujer que cambiara comportamientos que eran los típicos que yo he observado en otras situaciones respecto de otras personas de ese país. ¿Cómo cambiar lo que parece factor común de comportamiento en las relaciones personales de los ciudadanos de otro Estado al que no perteneces? ¿Cómo no saber que si te casas con una mujer o un hombre marroquí, probablemente comerás couscus en familia todos los viernes de tu vida?
Lo que digo es que debemos hacer un esfuerzo de adaptación y tomar la "visita" a otro país como una oportunidad enriquecedora de la que se puede sacar gran provecho. Vivir en otro país es complicado pero si uno va con ánimo de aprender algo nuevo, el viaje es una aventura fascinante, da igual lo que uno haga. Cuando alguien sale a cambiar el mundo es mejor que se quede en su casa porque contra los molinos uno no debe enfrentarse, y esto es lo que le ha pasado a mi compañero de viaje.




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